El papa Francisco ha sido hospitalizado varias veces debido a problemas de salud. Ha sido diagnosticado con bronquitis y ha tenido episodios recurrentes de bronquitis, especialmente en invierno. También sufre de otros problemas de salud, incluyendo una rodilla tensa que le obliga a utilizar un bastón o un andador. Cuenta con un médico personal y un enfermero personal que lo acompañan en sus viajes al extranjero.